
Hoy, dormida, parecía más joven. Su suegra no sufrirá más. Le puse una inyección que le ha provocado una muerte rápida e indolora. Preferí hacerlo antes de su llegada, para ahorrarle el mal trago. No se eche las manos a la cabeza, no se ha enterado de nada. Ahí yace, en su habitación.
¿Dónde está su mujer?
Óscar Román Alconada (1978-... )
¡Fantástica! Me parece un microcuento maravilloso. ¡Enhorabuena!
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