En homenaje a Borges y su concepción de las bibliotecas como paraísos, en recuerdo de Verlaine y todos los poetas malditos, edito este blog para que mis alumnos puedan recoger todas sus lecturas y sus creaciones. Porque aún tienen toda una vida por hacer, pero yo ya estoy a mitad de camino.

Límites

Hay una línea de Verlaine que no volveré a recordar.
Hay una calle próxima que está vedada a mis pasos,
hay un espejo que me ha visto por última vez,
hay una puerta que he cerrado hasta el fin del mundo.
Entre los libros de mi biblioteca (estoy viéndolos)
hay alguno que ya nunca abriré.
Este verano cumpliré cincuenta años;
La muerte me desgasta, incesante.

Jorge Luis Borges.

jueves, 17 de junio de 2010

Anécdota


Una tarde estábamos Miriam y yo en su casa, y como hacia un calor insoportable decidimos subirnos a mi campo a bañarnos en la piscina, y como no teniamos con quien subirnos llamamos a unos amigos y nos subimos con ellos. Cuando llegamos a mi campo, ellos se bajaron otra vez al pueblo. Miriam y yo nos quedamos en la puerta y tras tocar el timbre varias veces y no abrirnos nadie, decidimos ir al campo de un amigo nuestro. Caminamos y caminamos y cada vez estaba oscureciendo más. Llegamos al final de un camino en lo alto de la montaña donde ya no había más huertos, así que decidimos bajar por la montaña, ya que yo sabía que el huerto estaba perdido por la montaña, pero no me acordaba del camino que era. Empezamos a bajar por la montaña, Miriam se cayó tontamente, yo como iba con pantalon corto me arañe todas las piernas. Tras bajar media montaña entera y seguir por otro camino, sonó mi teléfono y era nuestro amigo que decía que donde estabamos que estabamos tardando demasiado. Tras explicarle mas o menos por donde estabamos, nos dijó que no era ese camino. Finalmente vino a buscarnos casi cuando ya estaba anocheciendo. Al final la tarde no terminó tan mal, pero nosotas acabamos cansadas y sin nuestro baño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Y tú qué opinas?