Cuando era pequeñito me llevaron al ZOO de Barcelona, y en un tenderete mis padres me compraron un juego de policía. Total, iba yo tan contento con mi silvato cuando me rasque el vientre y para eso cogí la goma del pantalón y la estiré. En ese momento se me callo el silvato dentro de los corazoncillos. Me empecé a reír a carcajadas. Mi primo me pregunto:
- ¿Qué te pasa?
-!Que se me ha caído el pito en el pito!
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