En homenaje a Borges y su concepción de las bibliotecas como paraísos, en recuerdo de Verlaine y todos los poetas malditos, edito este blog para que mis alumnos puedan recoger todas sus lecturas y sus creaciones. Porque aún tienen toda una vida por hacer, pero yo ya estoy a mitad de camino.

Límites

Hay una línea de Verlaine que no volveré a recordar.
Hay una calle próxima que está vedada a mis pasos,
hay un espejo que me ha visto por última vez,
hay una puerta que he cerrado hasta el fin del mundo.
Entre los libros de mi biblioteca (estoy viéndolos)
hay alguno que ya nunca abriré.
Este verano cumpliré cincuenta años;
La muerte me desgasta, incesante.

Jorge Luis Borges.

jueves, 17 de junio de 2010

La carta esta sobre la sema.


La carta está sobre la mesa. Yo estaba emocionada por aquella carta, ya que nunca recibo cartas. No sabía ni de quién podía ser, me extrañaba que alguien me escribiera a mí. Estaba hasta nerviosa por saber el contenido de aquella carta. Suponía que sería una carta del médico o cualquier otra carta que casi siempre mis padres se interesan por leerla que yo. Pero en el fondo sabía que no era una carta de esas. Me acerqué a la mesa y después de estar andando de un lado a otro me decidí a abrirla. Cuando estaba apunto de abrirla reconocí aquel tipo de sobre, aquellos pequeños detalles que me llegaron a reconocer de quien era. Aquella carta era de Eva, una chica que conocí de Madrid cuando vino a Totana, la cual nos hicimos tan amigas que siempre estabamos juntas. Incluso yo llegué a ir a Madrid a visitarla con mis padres. No sabía porque me mandaría la carta después de siete años sin saber nada de ella. Rápidamente abrí la carta, y me dijo que vendria muy pronto a verme, y me enviaba una bonita postal de dos niños pequeños cogidos de la mano, lo cual me motivo muchisimo y me encanto aquella carta. Fue una de las mejores noticias que me pudieron dar en ese momento.

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