Este libro refleja muy bien la lucha entre el bien y el mal en uno mismo (como en el demonio y la señorita Prym). Nos muestra cómo la misma persona puede cometer lo más dulce y o más atroz; incluso en el mismo día. En el libro se muestra de una manera un poco "fantástica", ya que incluso cambia el físico del personaje (o personajes).
Pero yo pienso que la realidad en la que vivimos se asemeja bastante a esos cambios. Porque las personas se van definiendo con sus actos, que son buenos y malos, como las personas, ya que no hay nadie esencialemente bueno ni esencialmente malo (pienso yo). Y, si nos acostrumbamos a hacer lo malo, esos actos acaban por cometerse por inercia, por costumbre, sin saber por qué. Entonces nos comvertimos en "rebeldes sin causa". Lo mejor será acostumbrarnos a lo bueno, y ser así, "buenos sin causa", sin esperar nada a cambio; ser buenos por definición.
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