En homenaje a Borges y su concepción de las bibliotecas como paraísos, en recuerdo de Verlaine y todos los poetas malditos, edito este blog para que mis alumnos puedan recoger todas sus lecturas y sus creaciones. Porque aún tienen toda una vida por hacer, pero yo ya estoy a mitad de camino.

Límites

Hay una línea de Verlaine que no volveré a recordar.
Hay una calle próxima que está vedada a mis pasos,
hay un espejo que me ha visto por última vez,
hay una puerta que he cerrado hasta el fin del mundo.
Entre los libros de mi biblioteca (estoy viéndolos)
hay alguno que ya nunca abriré.
Este verano cumpliré cincuenta años;
La muerte me desgasta, incesante.

Jorge Luis Borges.

jueves, 17 de junio de 2010

La carta está sobre la mesa

La carta está sobre la mesa, dijo aquel cartero con cara de incertidumbre. Yo era un hombre que vivía sólo, solitario, aunque tenía algún que otro amigo. Aquel día yo estaba un poco triste,porque aunque era mi cumpleaños no había recibido ninguna felicitación. Me quedé mirándo aaquel estraño cartero fijamente, él al mismo tiempo también me miraba. Tras cruzar nuestras miradas durante varios segundos, él se dió la vuelta y se marchó. pensé"· este cartero no lo conozco, será nuevo".Por la tensión de aquella situación, no me atrevía del todo a abrir aquella carta. Finalmente tras varios minutos de reflexión, me decidí a abrirla. Aquella carta no tenía remitente y estaba escrita en tipo telegrama. En ella ponía: "Preparate para esta noche", al leer la carta me quedé inmovil durante varios segundos y un sudor frío me recorría todo el cuerpo. En ese momento pensé que esa misma noche moriría.
Al caer la noche, estando en mi habitación con un miedo que me recorría todo el cuerpo, empeé a escuchar ruidos, y más ruidos en la planta de abajo. Aterrorizado, me escondí bajo la cama. Tras un tiempo de silencio, y al creer que quien fuese que hubiera estado allí se habIa ido ya, me decidí a bajar las escaleras para ver que había pasado. Mientras bajaba las escaleras escuché murmullos y rapidamente cogí lo primero que encontré, un jarrón de porcelana que me había regalado mi madre en mi anterior cumpleaños. Al entrar en el salón, de repente, se encendieron todas las luces y una cantidad impresionante de gente gritó: !SORPRESA!
Yo, me quedé perplejo del susto que me había llevado y del miedo que había pasado aquella noche, la cual fué la peor de mi vida. Poco después reaccioné y me alegré mucho al ver que solo era la fiesta de cumpleaños de la que creía que se habían olvidado. Aquel cartero solo era uno de los que había organizado aquella fiesta, el mismo que me robo las llaves de mi casa cuando dejó aquella misteriosa carta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Y tú qué opinas?