En homenaje a Borges y su concepción de las bibliotecas como paraísos, en recuerdo de Verlaine y todos los poetas malditos, edito este blog para que mis alumnos puedan recoger todas sus lecturas y sus creaciones. Porque aún tienen toda una vida por hacer, pero yo ya estoy a mitad de camino.

Límites

Hay una línea de Verlaine que no volveré a recordar.
Hay una calle próxima que está vedada a mis pasos,
hay un espejo que me ha visto por última vez,
hay una puerta que he cerrado hasta el fin del mundo.
Entre los libros de mi biblioteca (estoy viéndolos)
hay alguno que ya nunca abriré.
Este verano cumpliré cincuenta años;
La muerte me desgasta, incesante.

Jorge Luis Borges.

sábado, 19 de junio de 2010

Anécdota.

Una mañana Yasmina, una amiga mia me propuso quedar una tarde para dar una vuelta, pasear, echar fotos...vamos un viernes por la tarde no se nos ocurría que otra cosa hacer, para pasar el rato. Ese mismo dia avisé a mi prima para, que se viniera. Una vez las tres en mi casa, celia la "fantástica" idea de provar a entrar en el recinto de un caseron enorme y abandonado, que habia en una zona de los huertos a cinco minutos de mi casa. Total, que cogimos un bolso enorme y lo llenamos de gorros, pañuelos, gafas de sol...una vez allí, encontramos la puerta abierta, entramos y empezamos a caminar por ahi, al principio con recelo, después, al ver que estabamos solas nos soltamos y empezamos a echar muchisimas fotos.
Al pensar ahora en ello, me doy cuenta de más cosas como de los ruidos que se escuchaban(que entonces supongo que pensé que era típico de una casa en ruinas), la puerta abierta en par en par (que por cierto era enorme, rollo "El internado"), pero en ese momento la única que pareció inquietarse fue celia, a decir verdad, a mi y a yasmina nos da una cámara y nos olvidamos del mundo.
Cuando llevamos cosa de un par de horas, en aquel recinto enorme, descubrimos unas escaleras en la parte trasera del caserón, que daban a una terraza en cosa del tercer piso, y subimos decididas a la enorme terraza. Ese piso era mitad terraza y mitad habitaciones, seguimos echando fotos allí, hubo un momento en que Yasmina estuvo a punto debajar por las escaleras de caracol, por su suerte una extraña regadera y se acercaron las dos a mi, olvidandose de las escaleras.
Fue en ese momento cuando Yas, se acercó a una ventana que daba a un pasillo de la casa, y dijo.
-Eii cee, aquí parece que vive gente.
Entonces mi prima se asomó a su lado, dentro había bolsas, botellas etc..
-Si es verdad quién..
Lo siguiente que recuerdo es escucharlas gritar al compás:
-¡¡¡Ahhhhhhh!!! ¡Un tio corree!
Y una milesima de segundo después, bajban las escaleras a todo prisa, y no pude más que ir tras ellas lo mas rápido que pude, dejando atrás el bolso con todas mis cosas.
-¡Parad, el bolso sigue en la terraza!- Les dije
- ¡Da igual! (Si que tenian miedo, porque vamos...)
-¡Las llaves!
-¡Y qué!-( Bufff...)
-¡El móvil está en el bolso, si os quereis ir vosotras, bién, pero yo voy a volver!
En un momento de lucidez de mi prima dijo:
-¡Venga Yas, paraa!. ¡Hay que acompañar a Dayanara!
Y ahi si, se dieron la vuelta y volvimos a subir las escaleras, atravesé corriendo la terraza, cogí el bolso y volvimos a bajar.
En mi vida había visto a la vaga de mi prima corriendo y Yasmina llevaba los labios completamente morados, como en las películas de miedo.
La verdad que para todas fue una experiencia inolvidable.

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