En homenaje a Borges y su concepción de las bibliotecas como paraísos, en recuerdo de Verlaine y todos los poetas malditos, edito este blog para que mis alumnos puedan recoger todas sus lecturas y sus creaciones. Porque aún tienen toda una vida por hacer, pero yo ya estoy a mitad de camino.

Límites

Hay una línea de Verlaine que no volveré a recordar.
Hay una calle próxima que está vedada a mis pasos,
hay un espejo que me ha visto por última vez,
hay una puerta que he cerrado hasta el fin del mundo.
Entre los libros de mi biblioteca (estoy viéndolos)
hay alguno que ya nunca abriré.
Este verano cumpliré cincuenta años;
La muerte me desgasta, incesante.

Jorge Luis Borges.

viernes, 4 de junio de 2010

El secreto

Yo sé una cosa que nadie más sabe y no se lo pienso decir a nadie. Bueno sí, se lo voy a decir a mi abuelo. A Marta no, que luego no me deja jugar con ella. Mi abuelo sí que me deja jugar con él, y Miguel también. Se lo tengo que contar a Miguel, que si no luego no me da galletas. Las galletas de mi tito Miguel son mucho mejores que las del monstruo de las galletas. No me gusta el monstruo de las galletas. Es azul y además me da miedo. Tampoco le voy a decir nada a Adela, siempre está hablando de Barrio Sésamo. Está claro, Adela y Marta están contra mí. Mamá dice que eso es imposible porque son mis primas. Yo ya no escucho a esa señora que dice ser mi madre porque siempre quiere que ordene la habitación. Ella también debe de estar contra mí. Te voy a contar lo que sé, pero sólo porque eres mi amiga y sé que tú no estás contra mí. Los niños no los trae la cigüeña. Eso ya lo sabes. Las mamás dicen que son ellas las que los tienen en la barriga durante años, algunas veces incluso siglos. Lo he estado pensado y es imposible. Nos esconden algo. Pero tranquila, yo sé toda la verdad. Tú y tu hermano nacisteis el mismo día. Tu mamá no pudo con los dos. Por eso, le dejó uno a tu papá. Sí, tu hermano nació de tu papá. Los hombres también se quedan embarazados. Por eso tú te pareces a tu mamá y Juan a tu papá. Además, ¿cómo explicas esas panzas gigantescas que tienen algunos hombres? Tiene que haber algo ahí dentro. Algo vivo. Mañana le voy a tocar la panza a mi papá, a lo mejor tengo un hermanito. Si es chico, le llamaré Pedro. Siempre soñé con tener un Ken con ese nombre. Esta es mi oportunidad. Oye Esmeralda, no olvides que no puedes contarle esto a nadie, que es un secreto.

Imagen (de izquierda a derecha): Esmeralda Valero, Paco Manzanera y yo.

2 comentarios:

  1. ¡Aiii María! ¡Qué bueno! Me encanta María, y la foto es monísima... Todavía me acuerdo de cómo olían esos zapatos... ¿te lo puedes creer? Y la verguenza que me daba decir "cu-cu". Gracias María.

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  2. ¡Qué delicia! Gracias por el relato y por compartir conmigo, también, una pequeña parte de vuestra niñez. Gracias, gracias, gracias.

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